El Ki-Gong es llamado “movimiento inmóvil”. Es la única práctica del Son Do que enseña los principios para llegar al auto-conocimiento a través de la energía Ki amorosa, indispensable para revitalizar la energía. Consiste en la respiración del Dahn y la realización de diversas posturas.

Esta es una práctica enriquecedora, porque beneficia a cada uno de los practicantes al ayudarlos a entrar en contacto con su verdadero ser interior y permite paulatinamente aumentar la resistencia física y la concentración.

 

Estos ejercicios realizados de manera sistemática ayudan en el mejoramiento del estiramiento corporal, la coordinación de las posturas correctas, la sanación a través de la respiración profunda y la conciencia del cuidado de nuestro cuerpo.

 

Este ejercicio enfatiza en conservar el balance simétrico en cada postura, porque estas posiciones ayudarán tanto a la columna vertebral como a todos los órganos que están conectados a ella por el sistema nervioso. Por lo tanto, es importante resolver cualquier problema en la espina dorsal de lo contrario se causarán problemas equivalentes en los órganos relacionados.

 

La práctica de los ejercicios que se proponen en sendas etapas es muy completa ya que fortalecen y activan el funcionamiento de la espina dorsal, dándole una estimulación positiva y ayudando a que el cuerpo se mantenga en buena forma y en equilibrio.

 

Si las posturas se ejecutan correctamente experimentará:

 

• Incremento del poder de la voluntad.

• Activación de la circulación y de la energía.

• Acumulación de la energía en el Dahn-jon (centro básico de la energía vital).